Las Fases del Duelo


He escrito y reescrito mil veces estás palabras.

Intentar plasmar lo vivido, en la peor época de mi vida, sin desmoronarme no es nada fácil así que voy a intentar resumirlo sin que me asalte ningún episodio lacrimógeno.

Se dice que el Duelo consta de 5 fases: Negación, Ira, vuelta a la Negación, Depresión y Aceptación, así que voy a tratar de explicar un poco mi viajecito a través de eso.

Lo cierto es que ni recuerdo cuando empezaron los primeros dolores. Recuerdo épocas tirada en el sofá con dolores insoportables en mis costillas, como cada bocanada que daba parecía la última y recuerdo como la Doctora, de turno, me decía que eso era dolor muscular y que tomara ibuprofeno.

También recuerdo las primeras crisis de ahogos, tomar antihistamínicos con la esperanza de poder respirar bien, pinchazos, de urgencias, de Urbasón, mañanas sacando fuerzas para llegar arrastrándome a mi puesto de trabajo, medios días tirada en la cama sin poder moverme, tardes vomitando en el trabajo, miles de pruebas de todo tipo, que mi doctora mandaba hacerme porque se lo había tomado como personal el averiguar lo que me pasaba… todo muy bonito, ¿verdad? Pero lo más divertido era cuando cambiaba palabras, o no me acordaba de ellas, e intentaba substituirlas por otras definiciones para que la gente no se diera cuenta de lo que me ocurría.

¿Sabéis que era lo peor? Intentar ocultar todo esto para que los que me quieren no sufrieran (ahí vienen las primeras lágrimas… Sí, soy una llorona).

¿Y sabéis que era lo segundo peor? Que me repitieron tantas veces que era ansiedad por estrés que hasta empecé a pensar que igual tenían razón y que se me estaba yendo la olla por momentos.

Hasta que un día me planté en la consulta del enésimo MÉDICO, de la Mutua, le solté el rollo que había contado 1000 veces antes, pero este en vez de mirarme con cara de ‘Tú lo que necesitas es un psiquiatra’ asintió y me plantó unas hojas de papel y me dijo que las rellenara.

Empecé a leer lo que ponía y allí me quede totalmente atónita. Ponía exactamente todo lo que había estado sufriendo, los olores, las molestias, los síntomas… incluso muchas más cosas que no había llegado a verbalizar pero ahí estaban… Todo.

Le entregué aquel tipo test, que tiempo más tarde supe que se llama QEESI, lo miró, me miró y me dijo: ‘Siento decirte que tienes Sensibilidad Qúimica Múltiple’, a lo cual le hice volver a repetírmelo, para quedarme con ellas y poder buscar toda la información sobre ellas.

Así que podría decirse que, en mi caso, la primera fase fue de LIBERACIÓN, porque por fin podía ponerle nombre a lo que me sucedía y podía darle en las narices a todos esos que, a mis espaldas, susurraban que lo mío era una ansiedad de caballo.

No os lo creeréis pero aquello hizo que dejara de dudar de mí misma. Me puse a buscar información como una loca y no paraba de decirles, a mi madre y mi hermana, ‘Mira esto es lo que me pasa… y esto’.

Fui a mi doctora, la que se portó y se porta como una campeona, para explicarle lo que me pasaba y a partir de ahí empezó otro tipo de calvario, y ahora que narices hacía yo con mi vida... IRA.

Leyera lo que leyera, hablara con el especialista que hablara, todos decían lo mismo ‘No hay cura, has de aislarte y evitar los químicos’, pasé de trabajar, salir, hacer lo que me daba la gana a tener que encerrarme, aislarme, cabrearme porque la gente tenía vida y yo no, cabrearme porque la vecina del primero se bañaba en colonia y me mataba, porque tendían ropa con demasiado suavizante, porque mis amigos hacían planes y yo no podía ir, porque mi vida como tal y la conocía se había acabado.

No era justo, no había hecho nada malo. Siempre había mirado de hacer que la gente estuviera bien, incluso por delante de mí. Nunca fui una hija, amiga, hermana problemática. Me levantaba iba a trabajar, volvía a casa, bajaba a mis perros, hacia la cena y me iba a dormir. No había hecho nada para merecer eso… y me negué a creer que eso me estuviera pasando a mí... NEGACIÓN.

No podía ser. Ya está. Yo no merecía eso así que me negaba a asimilar que a partir de entonces mi vida iba a ser vivir alejada de todo y todos. No. No entraba en mis planes de futuro. Tenía que volver al trabajo, tenía que volver a salir, yo no era esa persona, me negaba a todo aquello pero no veía ninguna salida ya que cada vez que había intentado volver a vivir como lo hacía me era imposible… y me hundí... DEPRESIÓN.

Me hundí de tal manera que no quería saber nada de nadie. Lloraba a todas horas, sola. Vivía amargada, no veía salida. Odiaba a todos pero sobretodo me odiaba a mí misma por haber acabado así. Lloraba, pataleaba, volvía a llorar. Me echaba la culpa de todo.

¿Por qué tuve que aceptar aquel trabajo?

¿Por qué no me había dedicado a otra cosa?

¿Por qué me había teñido tanto el pelo?

No quería ver a nadie. Ni saber nada de sus magníficas vidas porque ellos tenían futuro y el mío ya no estaba.

No sé cuánto tiempo estuve así, no fue mucho, pero odiaba esa persona en la que me estaba convirtiendo y me negué a continuar por ese camino, me había tocado eso y tenía que aprender, sí o sí, a vivir con ello… ACEPTACIÓN.

Quiero aclarar que si esto ha sido posible es por la familia que tengo, vivo con mi madre, y por aquel entonces mi hermana también vivía con nosotras, y si ellas no hubieran cambiado los hábitos para que yo estuviese mejor hubiera sido imposible todo esto que os he explicado.

Mi madre se ha hecho una experta en elaborar jabones naturales, para las manos, para la lavadora... lo prueba todo. Y mi hermana... parece más ella mi hermana mayor que yo, ahora mismo, jajajaja.La verdad es que tengo muchísima suerte y es muy importante que sepamos explicar a quien nos rodea lo que nos sucede porque ellos no son adivinos.

Y no os vayáis a creer que es fácil, que no lo es, pero todo el mundo tiene sus ‘mierdas’ y nadie es mejor que nadie.

Así que aprendí a lidiar con los bajones, dejé de tener miedo de salir a la calle por miedo a intoxicarme, volví a querer vivir. Y por eso estoy aquí escribiendo estas letras, porque quiero deciros que de todo se sale. Sé que quedan muchas historias con las que lidiar y que no va a ser fácil, pero ¿Qué lo es?

La Vida es la que es y depende de cada uno crear oportunidades y aunque estas no sean como te habías imaginado no quiere decir que sean peores, simplemente son diferentes.



Mery

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